Somos Olaya y Mario Pérez, dos hermanos muy orgullosos de ser la tercera generación de esta familia de apicultores en Asturias. Y estamos aquí porque la miel siempre ha formado parte de nuestras vidas. Cuando éramos niños, deseábamos que llegara el verano para poder sacar miel, porque era donde más disfrutábamos, entre animales y en plena naturaleza.
Apicultura
y tradición
en Asturias
¿Qué tiene
de especial
nuestra miel?
Olaya Miel es el resultado de unir tradición, experiencia, innovación y amor por la naturaleza. El origen de esta compañía familiar se encuentra en Artesanos de Cuevas, una saga de apicultores que comenzó a trabajar en Felechosa, en el Concejo de Aller. Su implicación y trabajo la convirtió en una empresa pionera en Asturias y en España. Esta manera de trabajar de forma tradicional les llevó a conseguir que muchos emprendedores siguieran sus pasos, gracias a su filosofía de puertas abiertas y de compartir su pasión por la apicultura y la naturaleza.
En OLAYA MIEL, por aquel entonces Artesanos de Cuevas, fuimos los primeros en producir mieles monoflorales y en incorporar la trashumancia en Asturias. Además, también comenzamos con la elaboración de miel en crema dentro de la región.
Trashumancia
¿Sabes cuál es el secreto para conseguir que nuestro sabor, nuestro aroma y nuestra textura sean diferentes al resto de mieles del mercado? Sin duda, una de las características de Olaya Miel es utilizar flores de distintas zonas de la región y, para esto, movemos nuestras colmenas por varias zonas de Asturias. Con la trashumancia de nuestras abejas conseguimos las distintas mieles. Y, además, estamos muy orgullosos de haber sido los primeros en llevar a cabo esta técnica en Asturias.
Filosofía de
Olaya Miel
Somos pioneros en mieles monoflorales y en hacer trashumancia en Asturias, y estamos muy orgullosos de contarlo pero, sobre todo, de demostrar cómo esta filosofía de trabajo y este respeto por la naturaleza han dado sus frutos. Porque creemos que para dedicarte a esta profesión y conseguir un producto de calidad como el nuestro tienes que sentir ese respeto y pasión por el entorno.
Manejar la producción desde el punto de vista ecológico implica vivir la profesión bajo unos principios de sostenibilidad. Es imprescindible cuidar el bienestar animal, preservar los recursos naturales, fomentar la biodiversidad y saber cuál es nuestra posición en este entorno.
Nos apasiona la apicultura y la naturaleza y por eso realizamos proyectos pedagógicos y talleres para difundir la importancia del cuidado y el respeto por las abejas. Creemos que la miel asturiana es tan especial como lo es nuestro paraíso. Su sabor es único y en parte se debe a sus paisajes, a sus bosques autóctonos y a su clima.
Miel de Asturias
Miel de mar
y montaña
Para nosotros lo primordial es el bienestar y el buen manejo de las colmenas. La geografía asturiana da lugar a mieles únicas y muy valoradas en el mercado nacional e internacional, sin embargo, conseguir esta excelencia no es fácil. En Olaya Miel buscamos asentamientos libres de contaminación alejados de cultivos intensivos o autopistas. Además, hacemos trashumancia para obtener mieles monoflorales y aprovechar al máximo todos los recursos que nos ofrecen las distintas zonas de Asturias. Porque esa es la riqueza de nuestra tierra, el mar, la montaña y una extensa variedad de vegetación. Así, extraemos miel en tres zonas distintas: centro, costa y alta montaña.
¿Y qué significa extraer la miel de forma natural? No utilizamos sustancias químicas que puedan dejar residuos en la colmena y no las alimentamos de forma artificial, es decir, que no extraemos toda la miel y les dejamos la suficiente para que puedan pasar el invierno.
El oso en
nuestro entorno
En Olaya Miel somos afortunados por poder desarrollar nuestra producción en un sitio tan privilegiado como este, tanto, que incluso en él habitan animales salvajes como el oso.
Para crear una miel más pura y sin residuos ubicamos nuestras colmenas en plena naturaleza y esto implica que tengamos que convivir con su fauna autóctona. A nuestras tareas diarias se suma la búsqueda del equilibrio entre el entorno natural y el efecto que nuestra presencia pueda causar en él.
El oso no es solo un símbolo de nuestro entorno, sino que lo hemos convertido en nuestra imagen y seña de identidad. Porque tenemos claro que ellos estaban aquí antes que nosotros y por eso hemos aprendido a convivir con ellos y a respetar su espacio.